Rocas del Paleozoico (cámbrico, ordovícico y silúrico)

La Era paleozoico en el Paraguay está representado por unidades del Ordovícico Superior y Silúrico Inferior (Llandoveriano), que afloran en faja NW-SE en el centro oeste del Paraguay Oriental y norte de la Región Occidental. Su continuidad en su sub-superficie en ambas regiones se comprueba por perforaciones. La unidad de edad Devónica aflora en el norte de la Región Occidental en un bloque de dirección NE-SW delimitado por fallas y fracturas según Gómez Duarte (1986). En el Paraguay Oriental, el Devónico está identificado en sub-superficie en los pozos Asunción N°1 y N°2 (Pecten- Occidental-Trend), en el Pozo RD-76 (T.A.A.). El área que abarca el Ordovícico-Silúrico en el Paraguay Oriental es de 4.522 km2 y en la Región Occidental (Cerro León) de 2.000 km2. El Devónico aflorante en el área Occidental ocupa 1.930 km2.
Harrington (1950) fue el primero en estudiar detalladamente la geología del Paraguay Oriental y atribuyó parte de las unidades del techo del Silúrico al Devónico, esto fue seguido por Eckel (1959), Wolfart (1961) y Putzer (1962), redefinieron estas unidades como del Silúrico Inferior (Llandoveriano). Harrington (1972), volvió al tema considerando a todas estas unidades como del Silúrico.
El Silúrico del Paraguay Oriental fue dividido por Harrington (1909), en las Series de Caacupé (Conglomerado de Paraguarí y arenisca de Piribebuy) e Itacurubí. Eckel (1959) dividió la Serie Caacupé en el Conglomerado Basal de Paraguarí, una arenisca arcósica, una unidad de areniscas sacaroidales blancas y una unidad superior de areniscas y pizarras. Al igual que Harrington (1950), atribuyó la Serie Itacurubí al Devónico. Putzer(1962), atribuye al conglomerado basal y las areniscas de Caacupé al Ordovícico- Silúrico y las areniscas de Eusebio Ayala, arcillas de Vargas Peña y areniscas de Cerro Perro al Silúrico Inferior (Llandoveriano). En el informe sobre la geología de la Cuadrícula 40 (1966), el Silúrico está englobado en la Serie Cordillera con las Formaciones Caacupé, Eusebio Ayala, Ypacaraí e Itacurubí. En la descripción de la geología de la Cuadrícula 41 (1966), la Formación Itacurubí es reemplazada por la Formación Acosta Ñú.

Estratigrafía
La clasificación estratigráfica utilizada en este Texto Explicativo, para el Silúrico del Paraguay Oriental, está basada en Harrington (1972); y para la Región Occidental se utiliza la denominación presentada por Gómez Duarte (1986).


Paraguay Central
Paraguay Occidental
Harrington (1972)
Gómez Duarte (1986)
Grupo Itacurubí
Formación Cariy
Formación Cerro León
Formación Vargas Peña
Formación Eusebio Ayala
Grupo Caacupé
Formación Toatí
Formación Cerro Jhu
Formación Paraguarí
 
  Grupo Caacupé
Aflora al NE de Asunción, en la Cordillera de los Altos, desde el valle de Ypacaraí hasta la ciudad homónima. Al sur de Asunción existe una extensa faja de afloramiento, desde Roque González de Santa Cruz hasta Quiindy, Quyquyhó y Mbuyapey. El grupo está dividido en tres formaciones: Fm. Paraguarí, Fm. Cerro Jhú y Fm. Tobatí y su deposición empieza probablemente en el Ordovícico Superior.
  Formación Paraguarí
Constituye la secuencia basal del Grupo Caacupé y está distribuido por todo el borde de la cuenca Silúrica. Aflora en la base de la Cordillera de los Altos, en las proximidades de la ciudad de Paraguarí, y en la región adyacente al valle de Ypacaraí. Más al sur, hay una extensa faja de afloramiento entre Quiindy y Quyquyhó. Está constituido por sedimentos de grano grueso y capas conglomeráticas que pasan gradualmente a areniscas arcósicas. La unidad no supera los 20 metros de espesor. El contacto inferior, con rocas del basamento Precámbrico-Eopaleozoico, está en discordancia angular y la secuencia sedimentaria se inicia con areniscas arcósicas de grano grueso y niveles de arenisca conglomeráticas con estratificación cruzada, como se puede observar en el Km 116 de la Ruta 1 (Asunción- Encarnación), en relictos sobre el basamento cristalino.
Este nivel basal, de arenas de grano grueso, tiene un contacto gradado con conglomerados portando cantos de 3 cm y areniscas de grano grueso (1.000 a 1.410 μ), en capas de espesor variado, como afloran en el Km 102, de la Ruta 1.
En el Km 104 de la Ruta 1, en el arroyo Zanja Itá, afloran unas secuencias de conglomerados soportadas por un. Estos sedimentos poseen una faja de afloramiento paralelo a los conglomerados de la Formación Paraguarí, con la cual tienen un contacto concordante y gradado. El mayor espesor conocido de esta formación queda en la localidad del Cerro Jhú con 450 mts. de altura. Según Alvarenga (1985), su contacto superior con la Formación Tobatí es también gradado con intercalaciones de lutitas y nódulos de arcilla.
Las areniscas de esta formación presentan estratificaciones cruzadas a subparalela muy característica, y con gran variedad de colores (amarillos claro a marrón rojizo), se lo encuentra frecuentemente en proceso de lateritización. Cuando no están lateritizados son friables y de aspecto sacaroidal, debido a su composición cuarzosa y ausencia de matriz. Es de granulometría bastante variada con valores entre la matriz de areniscas arcósicas de grano muy grueso (1.000-1.410 y 1.410-2.000 μ). Los cantos poseen dimensiones entre 2 y 7 cm y están constituidos por cuarzo y cuarcitas. Estos cantos pueden presentar tamaños hasta de 15 cm y exhibir una litología más variada como cuarzo de vetas, cuarcitas, esquistos, chert. Capas conglomeráticas, pueden reposar directamente sobre el basamento, sin la presencia de las capas iniciales más arenosas, como se puede observar en las proximidades de Paraguarí en la Ruta Piribebuy. El ambiente deposicional de estos sedimentos, se le atribuye un régimen fluvial del tipo entrelazado (“braided rivers”) en sitio deposicional con fuerte control tectónico.
    Formación Cerro Jhu
Cada una de las secuencias de estratos cruzados muestra en su inicio una granulometría más gruesa (250-350μ) con una disminución hasta 125-177μ en dirección al techo y al contacto con otras secuencias que empiezan nuevamente con 250-350 μ. Hay flujos fluviales con decrecimiento de energía, que producen en cada capa una disminución de granulometría hacia la parte superior.
En los afloramientos del arroyo Abay, 2 km al sur de Ypané, en una cantera sobre la Ruta Guyratí y a 1 Km antes de Villeta. En el tramo de la Ruta 2, en la Cordillera de los Altos, las areniscas presentan nódulos de arcillas “shale clasts”, producto de la erosión de las lutitas asociadas a este ambiente deposicional. Comte (1986) atribuyó esta situación a oscilaciones del mar Silúrico.
En su contacto basal la formación muestra areniscas de grano grueso (350-500μ), como en el Km 85 de la Ruta 1. Sobre la misma ruta, en la ciudad de Roque González, las areniscas presentan variación granulométrica que oscilan entre 350-500μ hasta 177-250μ, en las co-secuencias de estratos cruzados con 4 metros de ancho y 1 a1,5 metros de espesor.
La parte basal, en contacto transicional con los conglomerados de la Formación Paraguarí, indican aún una fuerte influencia fluvial que va cambiando a un ambiente marino litoral, que se demuestra por la fábrica grano/grano (“winnowing”) que confiere a estas areniscas su aspecto “sacaroide”.
 Formación Tobatí
Está constituida por areniscas friables y también “sacaroides”, a veces un poco carbonáticas, en forma de capas aparentemente macizas. En detalle presenta estratificación en láminas, frecuentemente parte de estratificaciones cruzadas de gran tamaño y ángulo bajo como puede observarse en las proximidades de la ciudad de Tobatí. Las areniscas presentan granulación entre 350-500μ, bien seleccionadas pero poco redondeadas. Según Degraff (1982), la formación posee un espesor de 200-250 m al E del Valle de Ypacaraí y un mínimo de 80 m al W de la misma depresión. Alvarenga (1985) atribuye un espesor de 150 m para esta formación.
En los afloramientos estas areniscas presentan fuerte silicificación, lo que causa resistencia a la erosión. La infiltración del agua superficial pasa por la fractura permitiendo la separación de bloques y la formación de escarpas. Otro aspecto muy característico de la alteración de estas areniscas es la presencia de placas en forma de escamas, lo que confiere un aspecto rugoso a los afloramientos.
El contacto basal es concordante y transicional con la Formación Cerro Jhú y lo mismo pasa en su contacto superior con la Formación Eusebio Ayala, del Grupo Itacurubí.
El ambiente deposicional atribuido a esta formación es marino somero.
El contacto transicional con la Formación Eusebio Ayala, con amplio contenido fosilífero marino, constituye una prueba de su ambiente deposicional y también de su edad (Llandoveriano).
Consideraciones sobre el Grupo Caacupé
Las tres formaciones del Grupo Caacupé constituyen la secuencia clástica más gruesa del evento marino transgresivo del Ordovícico/Silúrico. La rápida sumersión de la secuencia fluvial inicial, representada por la Formación Paraguarí, con aproximadamente 15 m de espesor, es una indicación de que el mar invadió y cubrió el sistema fluvial con gran velocidad. El contacto superior del grupo, transicional con el Grupo Itacurubí, que posee fósiles de ambiente deposicional marino asociado a sus características litológicas, confiere al Grupo Caacupé el carácter de una secuencia basal de la transgresión marina de edad Ordovícica/Silúrica.

   Grupo Itacurubí
Recibe su denominación de la ciudad de Itacurubí de la Cordillera, distante 86 Km al ESE de Asunción, por la Ruta 2. En esta región aflora en una faja de dirección NW-SE paralela a la orientación de los afloramientos del Grupo Caacupé. Al W de la depresión de Ypacaraí aflora en bloques controlados por fallas pertenecientes al borde occidental del valle. El grupo está dividido en tres formaciones: Fm. Eusebio Ayala, Fm. Vargas Peña y Fm. Cariy.
Formación Eusebio Ayala
Está constituida por areniscas en capas de 10 a 15 cm de espesor y lutitas en alternancia rítmica. Las areniscas presentan granulación fina y son frecuentemente micáceas. Las capas de lutitas están constituidas por una mezcla entre limo y arcilla en proporción variada. Las capas de areniscas, próximo al contacto basal con la Formación Tobatí, debido al carácter transicional del contacto, presentan aspectos “sacaroides”. El contacto superior con la Formación Vargas Peña es igualmente transicional. Esta unidad posee 200 m de espesor.
En una cantera localizada en la Ruta2, a 6 km de Eusebio Ayala, en dirección a Itacurubí de la Cordillera, aflora una secuencia de areniscas y areniscas conglomeráticas con sedimentación gradual (“graded bedding”). En cada capa de deposición se inicia con un conglomerado de cantos de hasta 4 cms, terminando con areniscas de grano medio a fino. Existe una intercalación de lutitas caolínicas entre las areniscas finas.
El promedio de espesor en cada capa es de 15 cms. En la base estas capas presentan estructuras de excavación y están rellenas, las areniscas del techo de estas secuencias, presentan ondulitas. La sedimentación es de carácter fluvial y se encuentra interdigitada con lutitas de la Formación Eusebio Ayala indicando su origen continental.
Según Degraff (1982), la asociación fosilífera de esta formación es la siguiente:
  • Eocoelia paraguayensis (Harrington) AMOS y BOUCET
  •  Australostrophia sp. indet.
  • Orthoceratidas
  • Trimerus sp.
  • Dalmantes sp. indet.

La abundancia de micas en las areniscas de grano fino, la alternancia rítmica con las capas de lutitas, los fósiles marinos y la presencia de facies fluviales intercaladas, atribuyen a esta unidad un ambiente deposicional marino cerca de la línea de la costa, en bahías o golfos.
  Formación Vargas Peña
Presenta pobres y escasos afloramientos. En su localidad tipo, cantera de Vargas Peña, cerca de la ciudad de Itauguá, al W del Valle de Ypacaraí, existen lutitas micáceas blancas a veces teñidas de amarillo, pardo y rojo. El máximo espesor de esta formación es de 80 m al W del Valle de Ypacaraí, donde la secuencia se encuentra fallada con buzamientos entre 25 y 40°hacia el SW. Al E del mismo valle no sobrepasa los 20 m.

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